Me encanta jugar con los estilos, cada obra que escribo requiere un estilo propio y diferente.
Pero al final, cuando la historia va ganando cuerpo y se lanza en el devenir de lo que sucede sin freno que lo temple, ganan las frases cortas, muchas veces simbólicas, incluso incompletas, sin verbo.
Frases que sugieren. No me gusta darlo todo hecho, prefiero que las palabras sugieran y cada lector, en su propio interior, cree la vida o el sentimiento. Esa manera mía de escribir es muy evidente en "El cuentacuentos"
Es una escritura ágil, a veces con apariencia simple, casi incompleta, que requiere un tiempo para sentir lo que no explica.
sábado, 2 de enero de 2010
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